Escrito por Gersson Pontaza
(Foto de una pared de ladrillos gris con el símbolo en azul de una personas en silla de ruedas. Foto de Multimedia de Wix)
Según el diccionario de la Real Academia Española la discapacidad es una limitación que dificulta el desarrollo normal de la actividad de una persona.
Así mismo, la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de las Naciones Unidas, como instrumento legal que garantiza los derechos de las personas en condición de discapacidad, se menciona en su Preámbulo que “(…) la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con deficiencias y las barreras debidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”.
Ambas definiciones nos hablan sobre las limitantes o barreras que obstaculizan el desarrollo de las actividades cotidianas para una persona en condición de discapacidad, esto quiere decir que el mayor reto está en las múltiples barreras que existen en la sociedad y no en las deficiencias físicas, sensoriales o cognitivas de una persona, puesto que, si todos viviéramos en un entorno accesible, inclusivo, empático, sin barreras y sin prejuicios toda la sociedad se desarrollaría de manera integral.
Si tomamos en cuenta la definición del diccionario de barrera, es un obstáculo que sirve para impedir el paso o delimitar un terreno, por lo tanto las personas con discapacidad a menudo se enfrentan a muchas de ellas. En primera instancia, la formación y poca empatía que hay en la sociedad hace que una persona en condición de discapacidad ya sea ella misma o algún familiar o amigo, se enfrente con estas limitaciones y hasta que no haya una experiencia cercana o propia, no hay sensibilización en el tema. A menudo vemos a personas con discapacidad física pidiendo apoyo a otra persona para subir y bajar gradas o a personas con discapacidad visual que caminan por una acera y deben esquivar los obstáculos. Vemos también a personas con discapacidad auditiva que llegan a un supermercado o a un banco y no pueden comunicarse puesto que no hay una persona que tenga conocimiento de Lengua de Señas. También algunas personas con autismo tienen limitada la participación en escuelas públicas o privadas ya que justifican que no están preparados para recibir a estudiantes en condición de discapacidad o incluso a personas con Síndrome de Down.
Hoy en día, en la sociedad hay muchos estigmas, prejuicios o paradigmas hacia las personas con discapacidad y esto limita su desarrollo integral ya que al enfrentarse a diferentes barreras, la sociedad no les permite en muchas ocasiones participar o desenvolverse en igualdad de condiciones.
Si no existieran estas barreras que interpone la sociedad, las personas con discapacidad podrían realizar actividades en igualdad de condiciones con las demás personas, como lo es en el trabajo, educación, cultura, entretenimiento, salud, justicia, entre otros. Es de vital importancia minimizar estas limitaciones que son la causa principal de la creación de un entorno desigual hacia las personas con discapacidad. Debemos enfocarnos en construir espacios, entornos, servicios y productos que puedan ser utilizados por todas las personas de manera autónoma, segura y satisfactoria.